Mi columna vertebral.


La mesa servida.

Escribir no es nada fàcil, llegar a interaccionar con un lector mucho menos, lograr que este te siga en cada uno de los renglones que escribes es una tarea que necesita de ingenio, como el de hoy, en el que no tengo nada que escribirte para que me leas. Te podrìa hablar en sentido figurado como quièn charla con un amigo pero la realidad es que me estas leyendo lo que escribo, empiezo con decirte o literalmente a escribirte lo que me ocurriò ayer en el almuerzo, cuando entre las sobras de los huesos de un carnero, entre restos de ensalada de tomate, se posò un singular insecto, aunque comùn entre nosotros; es llamado con el nombre cientìfico de polistes gallicus, al verlo curiosear entre los restos de comida, mi atenciòn se dirijiò hacia el, preguntàndome que podrìa estar haciendo una avispa ahì, la observe detenidamente y esta sintiendo el rumor de los platos y cubiertos, volò. Para luego de unos minutos posarse nuevamente; muy delicadamente para evitar que se fuera, le tomè una foto, era tan pequeña que casi no se distinguian sus diminutas patas. En su ir y venir entre los platos y la campaña, despues de girar algunos minutos se posò por un tiempo mayor, en ese momento tomè nuevamente el celular pero esta vez le hice un video que durò 5 minutos y 29 segundos, en ese espaciò de tiempo relativamente amplio pude observar detenidamente que su ir y venir era porque dejaba inconcluso el trabajo, cada vez que sentìa un rumor extraño huìa, seguramente por el miedo a ser atrapado o asesinado con algùn objeto que utilizamos los humanos para matar insectos; me detube a registrarlo en mi celular, y mientras hacìa el video en su particular movimiento notè que con sus pinzas dentales cortaba en manera redondeada un pedacito de grasa de los restos de las costillas del delicioso carnero que habiamos degustado. 

Pensè que era el mismo que iba y venìa pero en realidad cuando vì el primer corte con sus pinzas ya no era uno solo el que sabìa donde estaba la bondadosa grasa que servirìa como medio de sustento para algunas de sus larvas, en medio de la registraciòn audiovisual llegò otra avispa obrera que seleccionò el àrea adecuada y empezò su tarea, mientras una volaba portando el alimento la otra comenzaba, y asi llegaron algunas màs, hasta que finalmente aparecieron las moscas y otros insectos, a este punto decidì hacer una registraciòn que contubiera todo lo que les escribo, a exepciòn de las moscas, visto que el objeto de mi curiosidad era el pequeño artropodo que vino a mi mesa. La vida de los pequeños seres, si se tiene paciencia... es cautivante!




     

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